Hormonas Vegetales y Reguladores Fisiológicos
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Las hormonas vegetales o fitohormonas son moléculas encargadas de producir señales químicas endógenas en baja concentración que coordinan crecimiento, desarrollo y respuestas al ambiente en las plantas. Incluyen clases “clásicas” (auxinas, giberelinas, citocininas, etileno y ácido abscísico) y reguladores más recientes o asociados a defensa y arquitectura (ácido salicílico, jasmonatos, brasinoesteroides, estrigolactonas). Su acción es altamente dependiente del contexto: un mismo compuesto puede promover elongación, inducir floración o modular la defensa, según tejido, dosis y estado fisiológico; de igual manera pueden presentarse efectos distintos según la especie de planta que se trate y su estado metabólico o etapa de desarrollo fenológico.
A nivel molecular, las hormonas se perciben por receptores específicos que activan rutas de transducción y cambios de expresión génica. Ejemplos consolidados incluyen TIR1/AFB (auxina), GID1 (giberelinas), PYR/PYL/RCAR (ABA), ETR1/ERS/EIN4 (etileno), AHKs tipo histidina-quinasa (citocininas), BRI1-BAK1 (brasinoesteroides), COI1 (jasmonato) y D14/MAX2 (estrigolactonas). Estos módulos regulan la estabilidad de represores (p. ej., Aux/IAA, DELLA, JAZ, SMXL/D53) y activan factores clave (ARF, MYC, BZR1/BES1, etc.), integrando señales de luz, temperatura, agua, nutrientes y bióticos. La homeostasis hormonal se mantiene mediante biosíntesis localizada (p. ej., vía TAA1/YUCCA para auxina, NCED para ABA), transporte direccional (transportadores PIN/LAX, ABC) y conjugación/catabolismo (GH3, DAO, GA2ox).
En agronomía, se denomina reguladores fisiológicos (o reguladores del crecimiento vegetal, PGR) a formulados que aportan fitohormonas, análogos o inhibidores de rutas biosintéticas para modificar fenofases o rasgos productivos. Entre los de uso extendido se encuentran: auxinas (IBA, NAA) para enraizamiento y manejo de abscisión; giberelinas (GA₃, GA₄+₇) para elongación, cuajado y calibre; citocininas (BAP, kinetina) para brotación y retardo de senescencia; etileno/antietileno (ethefón, 1-MCP) para maduración y manejo de poscosecha; brasinoesteroides para vigor y tolerancia a estrés; jasmonatos/salicílico para priming de defensa; e inhibidores de giberelinas (paclobutrazol, uniconazol, CCC) para control de altura y arquitectura. Su eficacia depende de dosis, momento fenológico, formulación, pH/agua, temperatura y de la interacción entre hormonas (p. ej., auxina-citocinina en meristemos; ABA-etileno en germinación; GA-DEL LA en floración).
El manejo racional exige: (i) diagnóstico fisiológico del cultivo (objetivo claro: enraizar, cuajar, sincronizar, frenar crecimiento, mejorar poscosecha); (ii) sincronización con la fenología local (calendario y grados-día); (iii) compatibilidad con nutrientes y fitosanitarios; y (iv) buenas prácticas y registro regulatorio. Integradas con nutrición, riego y sanidad, las fitohormonas y reguladores fisiológicos constituyen una palanca de precisión para mejorar productividad, calidad y resiliencia sin sacrificar sostenibilidad. Esta sección introduce sus fundamentos bioquímicos y criterios de uso, preparando el terreno para fichas por cultivo y protocolos de aplicación basados en evidencia.
• Hormonas vegetales y análogos
• Auxinas
• Citoquininas
• Giberilinas
• Brasinoesteroides
• Jasmonatos
• Salicilatos
• Cinamatos
• Estrigolactonas
• Poliaminas
• Inhibidores de fosforilación
• Inhibidores de etileno
• Inhibidores de giberilinas
Introducción


